Gabriela y Gregorio
De la tierra del tango y el mate llegaron dos personajes bastante particulares. A simple vista podría verse una pareja compuesta por una socióloga y un músico (guitarrista), pero cuando preguntas lo que realmente hacen y a que se dedican te consigues con una abogada y un físico. ¡Nada que ver!.
Después de mi primera experiencia recibiendo a Javier en casa comencé a "enfiebrarme" con la cantidad de solicitudes que recibía y mucha gente que me despertaba curiosidad por conocer. En esos momentos donde pude desconecte de mi trabajo por unos minutos, revisé las solicitudes y me tope con Gaby. Planeaban quedarse unos buenos días en Venezuela y pedían dos días de hospedaje en Caracas. En mi perfil de Couch Surfing tengo que sólo recibo una sola persona, pero debo confesar que me enamoró su forma de solicitar Couch (risas) así que el 28 de diciembre llegaron este par de "boludos". Después de varios correos donde tratábamos de coordinar la logística de su llegada a la ciudad y donde podríamos encontrarnos, salió uno de mis ángeles de la guarda, ¡el pequeño Iván! Que muy amablemente (como siempre) se ofreció a ayudarme y juntos fuimos a buscar a esta pareja al aeropuerto.
Después de mi primera experiencia recibiendo a Javier en casa comencé a "enfiebrarme" con la cantidad de solicitudes que recibía y mucha gente que me despertaba curiosidad por conocer. En esos momentos donde pude desconecte de mi trabajo por unos minutos, revisé las solicitudes y me tope con Gaby. Planeaban quedarse unos buenos días en Venezuela y pedían dos días de hospedaje en Caracas. En mi perfil de Couch Surfing tengo que sólo recibo una sola persona, pero debo confesar que me enamoró su forma de solicitar Couch (risas) así que el 28 de diciembre llegaron este par de "boludos". Después de varios correos donde tratábamos de coordinar la logística de su llegada a la ciudad y donde podríamos encontrarnos, salió uno de mis ángeles de la guarda, ¡el pequeño Iván! Que muy amablemente (como siempre) se ofreció a ayudarme y juntos fuimos a buscar a esta pareja al aeropuerto.
Entre las adivinanzas de quién podrían ser (pues sólo había visto una foto literalmente de perfil en la página de gaby) no sabíamos que tan cambiada podía estar. Finalmente grite "¡Gabriela!" Esperando no equivocarme y sí, era ella con Gregorio. Inmediatamente muertos de hambre y cansancio terminamos en casa de Belencita, está amiga nuestra había organizado una reunión relajada con pizzas caseras y un poco de vino. Ahí nos pusimos al día, le dimos la bienvenida como era a los chicos y comimos de lo más bien.
El encuentro con su Couch
1:30am y ya en casa. Era una noche bastante tranquila para José Félix Ribas (la barriada que me saluda día y noche desde el balcón) no había música. Gaby y Grego muertos de un viaje de 11 horas y con escala, conocieron el bello Couch que los acogería por 2 noches en la ciudad caraqueña. Inmediatamente y sin mucha charla cayeron en seco del sueño.
Primer día en Caracas
"A estos argentinos no se les ocurrió otra fecha para venir?" Pensaba yo muerta de la risa cuando me fije antes de recibirlos que su llegada era ya finalizando el mes de diciembre y que para esa fecha las actividades culturales de la ciudad estaba completamente muertas. Pero se hizo el intento y salió mejor de lo esperado. Nos levantamos tarde esa mañana y Elena (mi madre) ya desde hace unos días había tenido en mente hacer un desayuno bien criollo para recibir a los argentinos. Así que les advertí que debían preparar sus estómagos, porque lo que venía era una bomba!!!
Arepas, carne mechada, caraotas, toda la cantidad de quesos habidos y por haber, incluyendo a mi preciado Cheez Whiz, jugo de naranja, café con leche, perico y de cierre ¡Toronto!. Yo particularmente amo la comida y adoro los domingos donde nuestros desayunos son así de majestuosos. Podía ver como los ojos de Gregorio se ponían grandotes al ver aquella comelona, pero aún así la disfrutaron mucho. Durante el desayuno hicimos el respectivo intercambio cultural, conversamos de manifestaciones tradicionales nuestras, comparamos los desayunos del sur con los desayunos criollos, hablamos de viajes que habíamos hecho y algunas costumbres que coinciden a lo largo de Latinoamérica, entre otras cosas. Finalmente nos alistamos y salimos a nuestro primer paseo. Aunque no eran los planes iniciales comenzamos con un poco de "turismo oficial" Parque Waraira Repano. Jamás imaginé que la cola sería tal, que tuvimos que llenarnos un poco de paciencia para subir, pero todo valió la pena en el momento en que el fonicular comenzó a subir los 20 minutos del recorrido hasta la estación del hotel Humboldt. Ahí estaba Caracas en su mayor expresión, llena de smog, atardecer naranja, luces, bulla, belleza, montañas, barriada, era mi ciudad desde una vista privilegiada, con sus infraestructuras emblemáticas por las que podíamos ubicarnos y saber que veíamos: el edificio de la previsora, el estadio universitario, Parque Central y sus Torres Gemelas, San Agustín y su Metro Cable... La neblina se ponía peor y el frío (para mi) insoportable.
![Niño en el teleférico](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_toXrPzbUT6G-AjBWJtk7Sr7OWzjbxBcBP97CeotUjsDYfsCjClO1CVU454O2Moa08DGvuZuSkvwvbmO-ya-axJfeuHM_WNzEA7XwnonmuyZVJSxkdIlSn1wJ6ktONAavUkx5WfwE9ypGAfn2JAZc5YNsRF=s0-d)
El frío estaba desgraciado, pero la vista lo compensaba todo. Honestamente pareciera que ese día 29 de diciembre, los caraqueños no tenía nada que hacer y decidieron ir a el teleférico. Sin embargo disfrutamos de los bellos paisajes de Galipan y la costa, y por otro lado Caracas majestuosa. Después de una caminata hasta a entrada del hotel, decidimos ir a Galipán, pero ya por la hora no había transporte y así que nos toco bajar otra vez... No quiero ni comentar lo que tardamos y la cola que hicimos...
Arepas, carne mechada, caraotas, toda la cantidad de quesos habidos y por haber, incluyendo a mi preciado Cheez Whiz, jugo de naranja, café con leche, perico y de cierre ¡Toronto!. Yo particularmente amo la comida y adoro los domingos donde nuestros desayunos son así de majestuosos. Podía ver como los ojos de Gregorio se ponían grandotes al ver aquella comelona, pero aún así la disfrutaron mucho. Durante el desayuno hicimos el respectivo intercambio cultural, conversamos de manifestaciones tradicionales nuestras, comparamos los desayunos del sur con los desayunos criollos, hablamos de viajes que habíamos hecho y algunas costumbres que coinciden a lo largo de Latinoamérica, entre otras cosas. Finalmente nos alistamos y salimos a nuestro primer paseo. Aunque no eran los planes iniciales comenzamos con un poco de "turismo oficial" Parque Waraira Repano. Jamás imaginé que la cola sería tal, que tuvimos que llenarnos un poco de paciencia para subir, pero todo valió la pena en el momento en que el fonicular comenzó a subir los 20 minutos del recorrido hasta la estación del hotel Humboldt. Ahí estaba Caracas en su mayor expresión, llena de smog, atardecer naranja, luces, bulla, belleza, montañas, barriada, era mi ciudad desde una vista privilegiada, con sus infraestructuras emblemáticas por las que podíamos ubicarnos y saber que veíamos: el edificio de la previsora, el estadio universitario, Parque Central y sus Torres Gemelas, San Agustín y su Metro Cable... La neblina se ponía peor y el frío (para mi) insoportable.
El frío estaba desgraciado, pero la vista lo compensaba todo. Honestamente pareciera que ese día 29 de diciembre, los caraqueños no tenía nada que hacer y decidieron ir a el teleférico. Sin embargo disfrutamos de los bellos paisajes de Galipan y la costa, y por otro lado Caracas majestuosa. Después de una caminata hasta a entrada del hotel, decidimos ir a Galipán, pero ya por la hora no había transporte y así que nos toco bajar otra vez... No quiero ni comentar lo que tardamos y la cola que hicimos...
Muertos del hambre fuimos a comer Cachapas y unas Arepas. De ahí recibimos la llamada mágica de mi madre que nos invitaba a una reunión de músicos. Llegamos a la casa de Rafael Salazar, un gran investigador y compositor de nuestra cultura popular. En su casa estaba la crema y nata de nuestra música tradicional: Cecilia Todd, Francisco Pacheco, Juan Montoya, Diana Meneses, Ismael Querales, Amanda Querales, Adrián Lista y otra cantidad de músicos que hicieron de la fiesta una magnífica velada de la que Gaby y Grego disfrutaron al máximo. Fue una noche mágica entre golpes tocuyanos, gaitas de tambora, joropo llanero y oriental, aguinaldos y parrandas. La cara de Gaby lo decía todo, no paraba de sonreír y sorprenderse con cada cosa que cantaban. En un momento de la noche se acercó y me dijo "esto es más de lo que pudimos esperar. Es como si llegaras a Argentina y nosotros te recibiéramos con las mejores parejas de tango y los mejores músicos de la ciudad".
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Lunes 30 de diciembre, a solo un día para despedir el año, nos preparábamos para otro día de recorrido por la ciudad. Por mi parte esperaba que las cosas estuvieran cerradas, pero no todas. En principio fuimos al centro de Caracas para que vieran un poco del casco histórico de la ciudad, así que los paseé por la Plaza Bolívar, la catedral, Bulevar Panteón, Panteón Nacional, a este último no pudimos entrar porque estaba cerrado, pero aún así intenté compensar la clausura por un poco de historia local. De ahí caminamos para el Parque Ezequiel Zamora, conocido como El Calvario, los lleve a mis puestos favoritos del parque para que pudieran ver diferentes vistas de la ciudad. Ahí nos sentábamos y filosofábamos un poco del estilo de vida de la ciudad, los parecidos o las diferencias con otras ciudades de latinoamerica ya visitadas, entre otras cosas... pero ya el hambre nos comenzaba a atacar, a diferencia de la comelona del día anterior, esta vez nos desayunamos un plato de cereal cada uno, lo cual no nos llegó a ningún lado. Nuestro almuerzo fue un perro caliente del centro. Jamás los había comido por esos lares, así que me aventuraba igual que ellos, la verdad es que no salieron tan malos y con el hambre feroz que teníamos pasaron como el mejor de los aperitivos. Finalizando el recorrido nos fuimos al este de la ciudad, la Plaza de los Palos Grandes, nos sentamos en un cafetín de la plaza finalmente a descansar de la caminata y a ¡seguir comiendo por supuesto!. Tocamos muchos temas, el control cambiario, la gente, los tratos, la comida... pensándolo bien, la comida fue algo fundamental en estos dos días. ¡Coño es que comimos sabroso!.
Luego del descanso, cruzamos la calle al automercado y ahí ellos pudieron abastecerse de algunas cositas para el viaje que emprenderían al día siguiente para el Chuao, estado Aragua.
La despedida
Con la promesa de vernos en un par de días en las playas de Chuao, nos despedimos de esta encantadora pareja. "Gracias ché" dijo Gregorio al despedirse y Gaby con el más caluroso de los abrazos también agradecida por el trato que habían recibido. Nosotras (mi abuela, mi madre y yo) por otra parte agradecidas y contentas por esta agradable visita que lleno nuestra casa de buena vibra y momentos bastante gratos entre ruedas de Mate y conversaciones ricas.
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