Javier, mi primer "Surfer"
Terminando una de las clases de "bioética y modelos de desarrollo" en la universidad con uno de los mejores profesores que he tenido, Rafael Pineda, nos sugirió que sería bueno que aprovecháramos este tiempo para viajar, "son jóvenes, viajen, conozcan" nos dijo. En ese momento escribió en el pizarrón COUCH SURFING. Explicándonos un poco en que consistía la página y los beneficios que traía, yo solo podía pensar en la vía de escape para distraerme y bloquear algunos sentimientos que me tenía en ese momento. Pensaba que sería una buena oportunidad para conocer gente nueva, de aventurarme un poco a viajar y recibir personas de otros países. En esos meses comenzaba a darme cuenta de que durante muchos años me había esmerado para complacer a todos a mi alrededor, mis padres, mis amigos, mi novio de aquel entonces, pero no hacía nada para complacerme a mi, había perdido un poco el interés y la pasión por las cosas que siempre me gustaron. Comenzaba otra etapa en mi vida, una donde debía ocuparme de mi, ¿cómo lo iba a hacer? eso aún no lo definía, pero ahora estaba "sola" ya no tenía novio y después de una relación tan larga, no tenía idea de por donde comenzar. Así que solo podía escuchar las palabras de Rafael y las maravillosas experiencias que le había traído el viajar a través de esta página... " esta noche me apunto en eso " pensé en ese momento y así fue, al llegar a casa, me senté en la computadora y lo hice, cree mi cuenta y me senté a esperar que aparecía por ahí.
Finalmente después de un par de días apareció una solicitud interesante, Javier, un chico que vivía en Dublin pedía una noche de hospedaje en Caracas. Lo bueno es que en el perfil de las personas puedes chequear la calificación que otras le han dado y la verdad es que todos hablaban muy bien de el. Me aventuré y le dije que sí, que lo recibiría en casa. Pero instantáneamente los demonios de la ciudad se apoderaron de mi y comencé a pensar "será de confiar el tal Javier ese?, y si es un malandro o violador?" pero ya lo hecho estaba, ya había confirmado que lo esperaría, así que me quité esos pensamientos y le di un voto de confianza.
Después de contactarnos por Whatsapp, Javier y yo ya éramos amigos, compartíamos gustos similares y una gran pasión por Brasil y su idioma.
¡Finalmente la llegada!
Con los nervios de punta, esperé en la puerta de mi edificio a Javier. Se bajo de una camioneta que tenía años sin ver, una Vagonier (no sé si se escribe así), lo trajeron unos amigos que afortunadamente consiguió en el aeropuerto. un chamo alto de 26 años se bajo del carro cargado de miles de maletas, Javi estaba en casa. ¡Ah, olvide mencionar! Javier es venezolano, lo descubrí revisando su perfil (Risas), así que solo tuve que ponerlo al tanto de lo que se había perdido en un año que estuvo fuera de nuestro país. Hablamos de todo, el comenzó a contarme su experiencia con el Couch y quedó emocionado y sorprendido al saber que era mi primer visitante (Risas). Con mi poca experiencia en la cocina, improvisé unos perros con pan canilla ya que no conseguí el pan de perros. Cyntia, mi hermana, llego a la hora y nos instalamos en una charla bastante fluida y nutrida de muchas experiencias divertidas, así fuimos intercambiamos ideas, hablamos de política, música y se nos fue la noche con entre hablaadera y cervezas.
Ya de madrugada e instalado en su Couch, javi estaba listo para descansar de su viaje y alistarse para su próximo recorrido que haría al día siguiente.
La despedida
Javier fue una gran visita, compartimos poco, pero es un chico bastante encantador con unas ganas de vivir y viajar, se adapta a todo y muere por conocer todo lo que hay a su paso. Después de conocerlo quise contagiarme un poco de esa energía, experimentar cosas nuevas, viajar y conocer.
Ya las 9:00 am estaba saliendo para ir a Maracay a reunirse con sus familiares y desde ya, estaba preparando su viaje para Brasil... él, el más aventurero.
jajajaja que buena historia!!!!
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